Polarización política

Durante los últimos cuatro años, el área de opinión del IEP incorpora dentro de su encuesta mensual una pregunta de identificación ideológica que pide a los encuestados que ubiquen su punto de vista político como de izquierda o de derecha en una escala de 1 a 10. Esto permite que, a pesar de lo complejo que puede resultar definirse como enteramente de un lado o de otro, las personas tengan un poco más de libertad para ubicarse en un espacio del amplio espectro político.

Al comparar los resultados de la edición especial con lo obtenido en años anteriores en el mes de octubre, se puede observar que durante 2021 la posición de centro tenía la mayor concentración con 41%; sin embargo, para este año ha descendido considerablemente a un 34%, mientras que los porcentajes de los extremos han tenido un leve incremento, sobre todo en el extremo de la derecha, pasando de 15% a 21%.

Tenemos una escala del 1 al 10 que va de izquierda a derecha, en la que el número 1 significa “izquierda” y el 10 significa “derecha”. Cuando piensa sobre su punto de vista político, ¿dónde se encontraría usted en esta escala?

Ahora bien, hasta ahora lo único que hemos hecho ha sido describir lo que la estadística nos arroja en tres momentos diferentes, pero ¿qué más podemos decir de ello? Lo más lógico resultaría ahondar en encontrar, si es que existen, diferencias por variables sociodemográficas como ámbito, macrozonas, edad, nivel socioeconómico, entre otras; pero antes de profundizar en ello revisemos el agregado que lleva esta edición especial del área de opinión, y que es motivo del presente ensayo.

Quizá los más críticos hayan pensado en si las personas saben o conocen realmente a qué nos referimos cuando se les consulta si su punto de vista político es de izquierda o derecha. Pues bien, para esta ocasión la pregunta de identificación ideológica vino acompañada de dos preguntas sencillas pero a la vez complejas: “En pocas palabras, para usted, ¿qué significa ser de izquierda/derecha?

Del gráfico salta a la luz que 36% de personas no puede brindar un significado a lo que implica ser de izquierda o de derecha. Dentro de las referencias asociadas a la izquierda, la mayoría resulta tener un tinte negativo como de algo malo, atraso, estancamiento, pero también conceptos de búsqueda de la igualdad y justicia social. Por otro lado, las referencias asociadas a la derecha tienden a ser, en su mayoría, positivas como de algo bueno, progreso, avance, aunque también con ideas conservadoras.

En pocas palabras, para usted, ¿qué significa ser de izquierda?

En pocas palabras, para usted, ¿qué significa ser de derecha?

Para comenzar, ¿cómo es posible que 36% no pueda dar un significado a estos términos si en la pregunta anterior respondió y ha podido ubicarse en una posición de la escala? ¿Es acaso que la pregunta no es comprendida por las personas? Aunque no podemos asegurar que el 100% de personas entienden a cabalidad lo que se les ha preguntado, que haya un porcentaje tan alto como el mencionado puede tener causas de diversa índole.

Algunas personas podrían argumentar que los términos “izquierda” y “derecha” son anacrónicos, y que por ese motivo no se entienden ni son aplicables a nuestra realidad. Si bien es cierto que estos términos fueron acuñados hace mucho tiempo, aún sirven como un punto de referencia para categorizar diversas posturas, y es que se encuentran inmersos en nuestro lenguaje, sobre todo, y con mayor razón, en la esfera política.

Es a esta esfera adonde deberíamos apuntar el dedo. Una sociedad donde la educación política es casi inexistente, los partidos son solo fachadas para los intereses de pocas personas y la corrupción está enquistada en las instituciones deriva en una sociedad catatónica que poco a poco pierde más y más interés en todo aquello que esté relacionado a la política, y busca alejarse de ella como si de una fobia se tratara.

Pero estos resultados no deberían sorprendernos tanto. Las encuestas del IEP también incorporan una pregunta acerca del interés en la política que tienen las personas. De marzo a septiembre de 2023, el porcentaje de personas que indicaron tener poco o nada de interés en la política pasó de 42% a 63%, lo que nos da ya una pista del escenario en el que nos encontramos frente a todos los acontecimientos a los que la clase política nos somete.

Muy bien, ¿pero qué hay del 64% que sí ha podido dar, apenas, una definición? Tal como mostraban los gráficos, hay una diversidad de términos para ambas categorías. Sin embargo, más allá de lo problemático que puede resultar etiquetar algo de cierta manera, el valor de las respuestas reside en el significado que llevan consigo dentro de un determinado contexto.

Esto del determinado contexto, aunque puede parecer una obviedad, es importante tenerlo en cuenta porque, para bien o para mal, luego de la pandemia y el confinamiento en el que nos vimos inmersos, las redes sociales se apoderaron de nosotros y aprendimos a no poder vivir sin ellas, volviéndose nuestro punto primario de referencia para conocer el mundo.

Sorprende y es gratificante ver cómo las redes sociales nos muestran lo que nos gusta y queremos ver como si nos conociera a la perfección, las cuales refuerzan nuestro sesgo de confirmación juntándonos con personas que piensan igual que nosotros, lo que, a su vez, nos aleja más de aquello que consideramos distinto.

No es casualidad que en un escenario tan convulsionado como es la política peruana durante los últimos años, ciertos grupos de poder, al ver amenazados sus intereses, hayan iniciado campañas de desinformación, y que la población, sin darse cuenta, consume y asume como verdaderas, pero no necesariamente porque estas se ajusten a la realidad, sino porque se ciñen a su forma de pensar.

Todo esto nos arrastra a una polarización que, en principio, no tendría por qué ser necesaria. Desde las campañas del fraude en 2021 hasta las marchas realizadas en contra de Dina Boluarte, hemos visto cómo se ha buscado deslegitimar el voto y los reclamos de un grupo de personas mediante ciertos calificativos cargados de tintes discriminatorios, y que quizá no disten mucho de las respuestas obtenidas en la pregunta de esta edición especial.

El análisis por variables demográficas de la pregunta de identificación ideológica nos muestra cómo son las personas del ámbito rural, de la macrozona sur y de los niveles socioeconómicos D/E, quienes, en su mayoría, se consideran como de izquierda. Son características poblacionales que, en parte, coinciden con aquellos grupos que fueron protagonistas en la segunda vuelta de 2021 y las protestas de fines de 2022 a inicios de 2023.

Que la izquierda y la derecha se encuentren asociadas a determinadas palabras o frases no viene de la nada, sino que nace a partir de lo que recibimos como información, la cual, en la mayoría de veces, está direccionada por ciertos colectivos. Sean las redes sociales o medios de comunicación tradicionales, los contenidos que visualizamos están muy lejos de ser neutrales, pues constantemente nos dicen qué hacer, cómo pensar y cómo ver al otro.