La Ciudad de los Reyes sin agua

A raíz de pandemia de la covid-19, muchos giraron su atención a la pobreza urbana, ya que, de cierta forma “descubrieron” que en las ciudades también viven personas que no cuentan con la capacidad de cubrir el costo de una canasta básica; un grupo desatendido por el Estado cuya vulnerabilidad se vio expuesta durante la crisis sanitaria. Un ejemplo es la ciudad capital, donde los niveles de pobreza se elevaron significativamente durante la época de la covid-19. Según información del INEI, el porcentaje de la población en condición de pobreza de Lima Metropolitana y Callao pasó de 14,2% en 2019 a 27,5% en 2020. Si bien este porcentaje se redujo a 24,9% para 2021, aún nos encontramos lejos de los valores de 2019.[1]

Sin embargo, al hablar de los pobres de Lima no solo debemos de considerar su falta de ingresos, sino también de muchas otras condiciones requeridas para contar con un nivel digno de calidad de vida. Una de ellas es la posibilidad de acceder a un servicio básico y necesario como el servicio de agua potable de calidad. Esta problemática es considerada como uno de los principales problemas para los limeños de los niveles socioeconómicos más bajos,[2] ubicados principalmente en las zonas periurbanas de la ciudad.

Pero ¿cuál es la condición del abastecimiento de agua de la población pobre de la capital del Perú? Según cifras de la Enaho 2021, 326.000 peruanos[3] de Lima Metropolitana y Callao en condición de pobreza no tienen acceso a agua potable por medio de la red pública de la ciudad. De este total, el 87% (284.000 personas) se provee de agua potable a través de camiones cisterna, mientras que el 5% se abastece de algún pozo o agua subterránea.

Al menos en la provincia de Lima y durante la última elección municipal y regional, la promesa de solucionar el problema del acceso a agua fue empleada como caballo de batalla por algunos candidatos a su alcaldía. Como se puede constatar en los planes de gobierno y en las apariciones en los medios de comunicación de los excandidatos a la alcaldía metropolitana, sus soluciones variaban desde gestionar leyes para que la presidencia del directorio de la empresa prestadora del servicio de agua de Lima (Sedapal) sea designada por la Municipalidad de Lima Metropolitana hasta la implementación de diferentes tecnologías para captar agua mediante diversas fuentes.

Es más, en el plan de gobierno del ganador del sillón municipal se asegura que al finalizar el periodo de su mandato no habría habitante sin acceso al servicio de agua potable en la provincia de Lima. Para cumplir este objetivo, el documento plantea la implementación de atrapanieblas en las zonas altas de Lima y la reutilización de aguas grises provenientes del sector inmobiliario.

Asimismo, el próximo burgomaestre de Lima también mencionó en el último debate municipal que su plan para luchar contra el déficit de agua de los limeños sería colocar “tanques de 30.000 soles bajo cada ladera de cerro y luego bombas de agua 10.000 soles” para proveer de agua limpia a la población que más lo necesita. No obstante, como en la mayoría de las promesas políticas realizadas durante las épocas electorales, no se conoce de manera detallada la forma en la que esta propuesta ni las anteriores resulten viables. Sin embargo, esta falta de detalle no solo es una característica del ganador de la contienda electoral municipal, sino de la mayoría de los aspirantes a diversos cargos públicos.

Por lo tanto, resulta imperativo que cuando se planteen propuestas que busquen aportar en la solución del problema de falta de agua potable de calidad para la población que más lo necesita se mencionen estrategias claras y detalladas, y no solo ideas, porque el déficit de agua no representa un asunto menor en una megaciudad construida sobre un desierto, el que afecta diferentes aspectos de la vida de los limeños.

Finalmente, la problemática del acceso al agua de la población con menos recursos de Lima es muy compleja, y si bien la alcaldía municipal puede buscar tecnologías alternativas para apoyar la lucha contra este problema, debe empezar por reconocer que, dentro de la realidad nacional, los camiones cisterna son la principal fuente de abastecimiento de agua para la población sin acceso a la red de agua pública, y, partiendo de ello, promover la legislación adecuada para un mejor desempeño de esta forma de proveer agua y asegurar la calidad del recurso hídrico que brinda.

 

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[1] Revisar INEI (2022). Informe técnico. Evolución de la pobreza monetaria 2010-2021. Lima: INEI.

[2] Lima Cómo Vamos (2021). Informe urbano de percepción ciudadana en Lima y Callao 2021. Disponible en: < https://www.limacomovamos.org/wp-content/uploads/2021/12/EncuestaLCV2021.pdf>.

[3] En esta cifra se considera a quienes mencionan que el agua que utilizan procede principalmente de camiones cisterna o similares, pozo, manantial o puquio, río o similares, entre otras fuentes de agua.